Por Jenna Harvey

En julio de 2016, Kattia Barquero Rojas, una líder de vendedores ambulantes de San José, Costa Rica, estuvo junto al presidente de su país y un panel de dignatarios para hablarles sobre los desafíos que afrontan ella y otros vendedores ambulantes, y más importante, lo que estos formuladores de políticas podrían hacer para prestarles un mejor apoyo.

Kattia formó parte de una delegación de WIEGO en un evento (en inglés) para el Panel de Alto Nivel de Naciones Unidas (PAN-ONU) sobre el Empoderamiento Económico de las Mujeres llevado a cabo en su ciudad. WIEGO ha participado en el PAN-ONU –una iniciativa creada por la Secretaría General de la ONU para fijar una agenda que mejore las oportunidades y los resultados económicos para las mujeres– con el objetivo de incluir las voces de las trabajadoras en empleo informal a dicho proceso. El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, es el vicepresidente de PAN-ONU junto a la ministra nacional de la Condición de la Mujer, Alejandra Mora, que actúa como su delegada. Ambos estuvieron presentes en el evento de julio en San José.

Como secretaria de género para SINTRACOPEA, una organización con base de miembros de vendedores ambulantes en San José, y secretaria de la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT), una confederación nacional de sindicatos, Kattia trató de dar voz a las necesidades de sus compañeros y compañeras durante el evento. Durante su intervención, instó al presidente a tomar nota sobre la precaria situación de los vendedores ambulantes en Costa Rica y le pidió revisar la Recomendación 204 de la OIT sobre la transición de la economía informal a la economía formal, que proporciona directrices a los gobiernos para facilitar la transición de trabajadores y empresas de la economía informal, evitando la informalización de trabajos formales y aumentando la oferta de empleo formal.

Tras el evento, se acercó al presidente Solís para darle una copia de la Plataforma de la Red WIEGO sobre dicha Recomendación, alentándole de nuevo a revisarla y a plantearse cómo Costa Rica podría usar la Recomendación como una directriz para mejorar las condiciones y perspectivas de los trabajadores y trabajadoras en empleo informal. Posteriormente participó, esta vez con la ministra Mora, en una reunión para discutir los desafíos específicos que afrontan los trabajadores en empleo informal, especialmente las mujeres, en Costa Rica.

Solo tres meses después, en octubre de 2016, el gobierno de Costa Rica firmó un acuerdo tripartito con representantes de empresas y sindicatos (incluido la CUT, al cual están afiliadas varias organizaciones de trabajadores en empleo informal, incluyendo la de Kattia) para desarrollar e implementar un plan estratégico nacional sobre la transición a la economía formal. Bajo este acuerdo, representantes de los tres grupos se dieron seis meses para desarrollar conjuntamente dicho plan acorde con la Recomendación 204.

Recientemente nos encontramos con Kattia y la ministra Mora para saber más sobre cómo se llegó a dicho acuerdo, cuáles son sus esperanzas con respecto a su implementación, y qué asesoramiento podrían ofrecer a otros gobiernos y grupos de trabajadores sobre cómo trabajar colaborativamente para el desarrollo económico de las mujeres en la economía informal.

Colaboración, oportunidad y perseverancia para alcanzar un compromiso tripartito histórico

Cuando la OIT adoptó la Recomendación 204 en la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) de 2015, la organización de Kattia empezó a estudiarla de inmediato, a realizar talleres sobre esta, y a plantearse cómo podrían sacar partido de la mayor atención internacional sobre el trabajo informal. Kattia, hablando sobre la Recomendación, dice que “es básicamente una herramienta, una herramienta que habla sobre los espacios públicos, el crecimiento, el emprendimiento, el impulso económico, y que destaca las debilidades y abre ciertas puertas para impulsar la formalidad y reducir la informalidad en este país”.

Kattia le habló al presidente Solís y a la ministra Mora sobre la Recomendación en un momento en el que estaban especialmente inclinados a encontrar soluciones para los trabajadores en empleo informal, tanto por su implicación en el PAN-ONU, como por su mayor compromiso para promover el trabajo digno como una vía de desarrollo en Costa Rica. Como explica la ministra Mora, “nuestro país requiere de una mejor política pública para una visión de desarrollo con igualdad, y esta visión no tiene otra ruta que mejorar las formas de inserción de quienes están en mayores condiciones de vulnerabilidad. Hemos escogido la ruta de promover el trabajo, trabajo decente, trabajo de calidad y eso supone que para algunos grupos que no están alcanzando esto y que requieren de acciones afirmativas tengamos que hacer un trabajo particular para ellos.”

La ministra Mora reconoce que la transición a la economía formal no debe solo incluir un incremento en la oferta de trabajos formales, sino también incluir protecciones y oportunidades para los y las trabajadoras en empleo informal. Ella explica que el plan resultante del acuerdo debe abordar varios desafíos, incluyendo cómo reducir las barreras estructurales para formalizar los negocios informales, y cómo aumentar los incentivos, especialmente en el área de la seguridad social.

La ministra Mora cree que es fundamental para el gobierno mostrar su compromiso con este proceso a través de acciones concretas e inmediatas. Como ella explica, “en derechos humanos uno siempre trabaja con las utopías, pero si no vas haciendo acciones concretas puede parecer que solo son palabras y que no existe una posibilidad real de cambio.”

Con este fin, el gobierno ya está realizando avances para los y las trabajadoras del hogar en dos frentes: ofrecer un subsidio que permita registrarse en el sistema nacional de seguridad social aunque trabajen a media jornada, y garantizar que reciban al menos el salario mínimo nacional.

A pesar de que el plan de implementación de la Recomendación 204 no ha acabado de tomar forma, Kattia ve el acuerdo –el primer compromiso tripartito centrado en el trabajo informal en Costa Rica– como un gran paso hacia una mayor visibilidad de los y las trabajadoras en empleo informal y el reconocimiento de sus contribuciones y necesidades económicas. Como ella dice, “pretendemos que con todo esto haga más visible las necesidades del sector que es tan amplio, un sector tan importante que ha sido invisibilizado.”

Lecciones aprendidas: Las alianzas y las oportunidades estratégicas son clave

Cuando se les pregunta sobre qué recomendarían a otros gobiernos y grupos de trabajadores y trabajadoras para replicar su experiencia con el acuerdo, Kattia y la ministra Mora hacen hincapié en la importancia de las alianzas estratégicas. Por ejemplo, Kattia comenta que su habilidad para defender con éxito a los y las trabajadoras en empleo informal tiene mucho que ver con la alianza formada por su organización de vendedores ambulantes y organizaciones de trabajadores del hogar con los sindicatos en Costa Rica. En concreto, a través de la afiliación a la confederación de sindicatos CUT, ellos han sido capaces de participar formalmente y hacer que sus voces sean escuchadas en el proceso de adopción del acuerdo. Según explica, “hay que hacer una unidad sindical para que esa fuerza permita llegar a eso.”

La ministra Mora comparte la opinión de Kattia sobre las alianzas, diciendo, “tenemos que entender la necesidad del trabajo colectivo, las alianzas virtuosas son las que son capaces de hacer posible realmente los avances, ninguna institución ni el gobierno solo, ni el sistema de naciones unidas solo, ni el empresariado solo mueve estas cosas si no hay una alianza estratégica.”

Para Kattia, los y las trabajadores en empleo informal y sus organizaciones representativas también deben aprender a sacar ventaja de las oportunidades estratégicas –como la creada por la adopción de la Recomendación 204 por la OIT–. La organización de Kattia, al reconocer que la Recomendación 204 ponía un foco en los y las trabajadoras en empleo informal, la utilizó con éxito como una herramienta para contextualizar y legitimar localmente sus demandas. Como ella explica, “tienes que centrarse muy bien hacia donde se va y aprovechar que los ojos del mundo entero están en la informalidad, entonces hay que saber aprovechar ese momento”.

Tanto Kattia como la ministra Mora esperan que sus acciones puedan servir como un ejemplo sobre cómo, a través del diálogo y la cooperación, las organizaciones representativas de los y las trabajadoras en empleo informal y los gobiernos pueden trabajar juntos para beneficiarse mutuamente de los resultados. Kattia insiste en que el reconocimiento y la inclusión de los y las trabajadoras en empleo informal en la planificación económica tienen el potencial de beneficiar a toda la economía, fomentando “una economía sostenible que es del pueblo.”

La ministra Mora añade, “es clave entender que con la inclusión económica de las personas trabajando en la economía informal ganamos todos, por qué gana el sistema, gana lo fiscal, gana seguridad social, pero sobre todo gana la población.”

 

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Foto superior: La delegación de WIEGO en la consulta regional de América Latina del PAN-ONU en San José, Costa Rica. (El presidente Solís en el centro, y Kattia Rojas, al final a la derecha). Foto de WIEGO.