Comunicado de prensa y oportunidad de entrevistas

26 de mayo de 2020 - Resulta tan alarmante como falsa la narrativa que se ha instalado en Perú y que se ha esparcido por toda América Latina sobre el rol de las y los comerciantes de mercado informales en el aumento de los casos de COVID-19. Pero estas trabajadoras y trabajadores no son el problema. De hecho, junto con los gobiernos locales y administradores de mercados, han estado luchando por ser parte de la solución desde el primer momento.

En Perú, desde hace mucho tiempo, las personas comerciantes de mercado han estado pidiendo apoyo de diversas maneras: exigen directrices públicas claras y unificadas para los compradores, asistencia para mejorar la infraestructura del mercado y medidas de apoyo financiero, como la ayuda de emergencia otorgada a las empresas formales y, tal como lo hicieron muchos países, subsidios en efectivo para personas individuales, lo que permite que aquellas que estén potencialmente infectadas puedan dejar de trabajar.

En dicho país, también solicitaron acceder a pruebas de COVID-19, para que todo el personal de los mercados pueda hacerse el test. De hecho, las asociaciones de mercados han ofrecido colaborar en el financiamiento de las pruebas en Perú, pero el Ministerio de Salud no ha facilitado los análisis.

La principal exigencia de las asociaciones de mercados de Perú –la mayoría de las cuales son dueñas de las tierras en las que se ubican los mercados– es ser incluidas entre las entidades oficiales que están definiendo las políticas y supervisando los mercados durante esta crisis.

“Las personas trabajadoras de los mercados son las expertas”, afirma Carmen Roca, quien coordina el trabajo del programa Ciudad Focal Lima de WIEGO. “Las autoridades gubernamentales, que no tienen conocimientos sobre las operaciones de mercado, deberían asesorarse con ellas para asegurarse de que los mercados puedan operar de manera más segura”.

Aunque los contextos locales pueden variar, los siguientes hechos básicos son válidos para los mercados informales de toda América Latina:

Las y los comerciantes informales de alimentos son un eslabón fundamental en las cadenas de suministro de alimentos. A pesar de sus preocupaciones respecto de la COVID-19 y de los riesgos que enfrentan, las personas vendedoras ambulantes y comerciantes de mercado continúan trabajando para que los sistemas de alimentación se mantengan intactos y en funcionamiento. Son esenciales para alimentar las ciudades.

Los mercados informales proveen alimentos frescos y asequibles, necesarios para una buena nutrición, un aspecto importante para el cuidado de la salud de la gente en medio de esta pandemia.

Las personas vendedoras ambulantes y comerciantes de mercado son trabajadoras de primera línea en la prevención la COVID-19. Necesitan estar sanas y fuertes para poder seguir proveyéndose a sí mismas y a sus familias; y enfrentan dificultades para acceder a la atención médica. Por estos motivos, y en la medida de sus posibilidades, están tomando muchos cuidados para prevenir la transmisión de esta enfermedad. Sin embargo, necesitan apoyo del gobierno y del público general para poder hacerlo.

  • Las y los comerciantes de mercado, con el apoyo de sus asociaciones, están proveyendo equipamientos de protección individual para trabajadores. Los gobiernos pueden y deben ayudar en esta tarea.
  • El gobierno debería garantizar que los mercados dispongan de puntos de abastecimiento de agua y desinfectantes para facilitar el correcto lavado de manos.
  • El público general puede colaborar en la reducción de riesgos manteniendo tanta distancia como sea posible y reduciendo al mínimo el contacto con los productos.
  • Las personas comerciantes quieren y necesitan recibir el apoyo de las fuerzas policiales –y no su hostigamiento– para garantizar que las y los clientes respeten los protocolos sanitarios y mantengan la distancia física.

Las personas vendedoras ambulantes y comerciantes de mercado entienden la necesidad de tomar precauciones adicionales. Están compartiendo INFORMACIÓN sobre la reducción de riesgos a través de sus altamente eficientes sistemas de comunicación. Saben que deben respetar el distanciamiento físico y mantener las superficies y sus propias manos limpias. Están esforzándose por cumplir con estos requisitos para poder servir al público, incluso en espacios muy concurridos.

Especialistas de la Salud Pública coinciden en que las personas comerciantes informales pueden comerciar de manera tan segura como los supermercados, siempre y cuando se respeten las directrices sanitarias.

Esta crisis acentúa la necesidad inmediata de mejoras a nivel municipal. El actual contexto pone de manifiesto la histórica carencia en materia de inversiones municipales para la infraestructura de calles y mercados, como el acceso al agua potable, las superficies pavimentadas, los desagües y el almacenamiento adecuado. Este es el momento de hacer esas necesarias inversiones para garantizar espacios públicos más sanos y seguros, que sirvan a las y los habitantes de nuestras ciudades ahora y en el futuro.

Sobre WIEGO: Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO) es una red global dedicada a proteger los medios de sustento de los trabajadores pobres de la economía informal, especialmente las mujeres. Creemos que todos los trabajadores y trabajadoras deben tener los mismos derechos y oportunidades. WIEGO genera cambios al fortalecer a sus organizaciones, expandir la base de conocimientos sobre la economía informal e incidir en las políticas locales, nacionales e internacionales. Visite espanol.wiego.org.

ENTREVISTAS CON LOS MEDIOS

Para coordinar una entrevista con el equipo de WIEGO en Lima o en Ciudad de México, o con personas trabajadoras o líderes de comerciantes de mercado informales, por favor comuníquese a: