Delhi se encuentra en una coyuntura histórica crucial. Después de un año de la irrupción de la crisis generada por la COVID-19 y unos meses después de la devastadora segunda ola de infecciones, la ciudad continúa en un estado de crisis. Ahora se presenta la oportunidad, que aparece una vez cada dos décadas, de crear una política que defina una nueva visión para el futuro de Delhi y permita crear cambios potencialmente significativos. El Plan Maestro de Delhi 2021-2041 es el principal documento de ordenamiento territorial urbano que definirá el tono del desarrollo de la ciudad para los siguientes 20 años. Diseñado para abarcar toda la ciudad, el plan contempla objetivos y normas para el uso de la tierra, las infraestructuras y el entorno construidos. Es jurídicamente vinculante y sentará las bases del desarrollo a seguir para la planificación de áreas locales y regionales, y en gran medida preparará el terreno sobre el que se elaborarán todas las demás políticas.
El plan no solo es un documento abstracto: define lo que se plasmará “en el mapa” de la ciudad, en algunos casos con consecuencias devastadoras. Los planes anteriores excluyeron a muchos asentamientos y lugares de trabajo informales, lo que produjo desalojos y desplazamientos que modelaron las trayectorias de vida y los medios de subsistencia de múltiples generaciones de residentes de Delhi.
En 2018, la Ciudad Focal de Delhi (FCD), junto con una coalición diversa de aliadxs que trabaja temáticas de género, vivienda y medios de vida, entre otras cuestiones, lanzó la campaña Main Bhi Dilli (“Yo también soy Delhi”, MBD), que exige que el plan aborde adecuadamente las problemáticas de hábitat y medios de subsistencia de lxs ciudadanxs urbanxs en situación de pobreza. Desde su creación, la campaña MBD ha abogado para que el plan incluya y refleje la realidad que vive la mayoría de lxs trabajadorxs y residentes de la ciudad, y no la de una minoría privilegiada. Durante los últimos tres años, hemos escrito numerosos artículos sobre la necesidad de que la ciudadanía se comprometa de manera significativa con el Plan Maestro, la necesidad de adoptar un enfoque de planificación basado en los medios de subsistencia y sobre cómo, en medio de una pandemia, Delhi tiene la oportunidad única de lograr una mejor reconstrucción y planificar una ciudad que satisfaga las necesidades de toda la población.
La Autoridad de Desarrollo de Delhi (DDA), la agencia pública encargada de crear el Plan Maestro, recientemente (a comienzos de junio de 2021) convocó a lxs ciudadanxs de Delhi para que brinden su opinión sobre el borrador del plan. A pesar de que la participación ciudadana es uno de sus objetivos expresos, el proceso para obtener aportes de la población fue altamente excluyente. El borrador del Plan es un documento técnico de más de 400 páginas con un mapa detallado del uso de la tierra: leer y comprender un documento de ese tipo lleva tiempo. A la DDA le llevó tres años elaborar el plan, pero el público solo tuvo 45 días para brindar su opinión.
Después del lanzamiento del plan preliminar, la MBD trabajó rápidamente para forzar la participación efectiva de la ciudadanía. En primer lugar, la campaña presionó a la DDA para que extendiera el plazo para recibir las opiniones de la población. Mediante el envío de cartas a las autoridades, campañas en los medios de comunicación y protestas públicas, la campaña contribuyó a que la DDA ofreciera una extensión de 30 días al período durante el cual el público podía realizar comentarios.
En segundo lugar, trabajamos para deconstruir el plan y divulgar su contenido en un lenguaje simple para el público en general de Delhi. Para conseguirlo, la MBD aprovechó la fuerza de su diversidad, y los sectores (por ej. vendedorxs ambulantes, recicladorxs y trabajadorxs en domicilio) y grupos temáticos (género, vivienda, transporte, medios de subsistencia y medio ambiente) examinaron el plan cláusula por cláusula rápida y cuidadosamente.
Con este rápido proceso de revisión inicial, descubrimos que parte de nuestra intervención durante el largo período de 3 años de elaboración del borrador había sido exitosa; por primera vez el plan reconoce a la economía informal como la fuente de trabajo más importante de la ciudad y contiene un lenguaje que permite su integración y reconocimiento. Pero en otras áreas fundamentales, el Plan se queda corto. A pesar de que la mayor parte del lenguaje utilizado en el Plan refiere a la idea de inclusión, las asignaciones y normas de desarrollo que lo acompañan no encajan con esta visión. Sin asignaciones territoriales concretas o referencias a las leyes establecidas o políticas que gobiernan los diferentes sectores del trabajo informal, el lenguaje progresista del Plan no tiene poder verdadero. Esta desconexión despierta importantes dudas acerca de la eficacia de la aplicación o implementación de la integración prevista de lxs trabajadorxs.
Los resultados de la revisión y las recomendaciones que se adjuntaron se compartieron a través de las redes sociales, en reuniones públicas y una conferencia de prensa. El objetivo inicial de la estrategia de concientización del público en general fue ayudar a que el mayor número posible de personas comprendiera el plan y se animara a conectarse para enviar sus sugerencias y objeciones.
Con el tiempo adicional asegurado para el envío de comentarios, la estrategia final de la campaña se centró en una difusión comunitaria masiva y directa. La MBD trabajó con un equipo de líderes de base que realizaron cerca de 250 reuniones con vendedorxs ambulantes, recicladorxs, trabajadoras del hogar, trabajadorxs en domicilio, residentes de asentamientos informales y otros grupos comunitarios de la ciudad. Lxs líderes utilizaron técnicas de educación popular en mercados, espacios públicos, parques y calles para deconstruir la complejidad de los mapas y gráficos y apoyar a las comunidades en la articulación de sus necesidades y objetivos con el plan preliminar. En el plazo establecido, lxs aliadxs de MBD y líderes comunitarixs presentaron en la oficina de la DDA casi 25 000 objeciones por parte de las comunidades de Delhi sobre problemáticas relacionadas con medios de subsistencia, vivienda e infraestructura social. Al principio la DDA se resistió, pero lxs representantes de la campaña finalmente lxs convencieron para que aceptaran cada una de las objeciones y entregaran comprobantes individuales a modo de prueba. Esto es un logro histórico en el proceso de planificación de la ciudad que en el pasado fue propiedad exclusiva de grupos poderosos y adinerados.
El proceso que se describe aquí ocurrió en un momento extremadamente vulnerable, justo después de la devastadora segunda ola de COVID-19 en Delhi que afectó especialmente a las comunidades trabajadoras en situación de pobreza. Es un verdadero testimonio de la fuerza de las organizaciones de trabajadorxs, activistas y trabajadorxs individuales que pudieron reconocer este momento crucial y tomar medidas (a pesar de las enormes trabas y barreras) para reclamar su derecho a participar en la planificación del Plan Maestro y la definición del futuro de Delhi. La pandemia mostró que los anteriores enfoques de planificación no representaban las necesidades de la mayoría, y que produjeron hambre en escala masiva, desplazamientos y pérdida de empleo y vivienda en el último año. Ahora, la clase trabajadora en situación de pobreza de la ciudad de Delhi ha dado el primer paso para lograr una mejor reconstrucción al hacer oír sus voces en el proceso de planificación urbana.