Los esquemas de protección social liderados por lxs trabajadorxs en empleo informal no son, ciertamente, un sustituto de la protección social universal, pero pueden desempeñar un rol clave en su realización.
Las investigaciones demuestran que, aunque estos sistemas se enfrentan a innumerables problemas, desde la falta de financiación hasta la ausencia de un marco legislativo en el que operar, son un elemento vital para lxs trabajadorxs en empleo informal, que con frecuencia quedan excluidxs de los servicios financieros y sociales formales.
Un estudio de WIEGO y Streetnet Internacional en Nigeria, Uganda y Togo reveló que, en el contexto de una escasa protección formal para lxs trabajadorxs en estos países, los esquemas liderados por ellxs contribuyen a satisfacer las necesidades de protección social y empoderamiento económico de sus miembros.
La cobertura de protección social es, por lo general, baja en los países en desarrollo, y la situación es especialmente delicada para lxs trabajadorxs en empleo informal, ya que sus trabajos son tan precarios como mal pagados.
Los tres estudios de caso –dos de ellos basados en el modelo cooperativo y el tercero, en el modelo mutualista– aportan ideas para desarrollar programas de protección social más inclusivos. La cooperativa polivalente de la Federación de organizaciones de trabajadorxs en empleo informal de Nigeria (FIWON), la Cooperativa de ahorro y crédito de lxs emprendedorxs boda-boda de la zona metropolitana de Kampala (KAMBE) y la Mutualidad de protección social para lxs trabajadorxs en empleo informal de Togo (MUPROSI) han tenido un éxito relativo a la hora de prestar servicio a grupos especialmente vulnerables (las mujeres en el caso de la FIWON y lxs jóvenes en el caso de KAMBE).
Basándose en esto, lxs defensorxs de los derechos de lxs trabajadorxs podrían apoyar una reflexión estratégica respecto de cómo encajan estos esquemas en el panorama más amplio de la protección social y cómo se puede promover su postura. Lxs líderes de los esquemas podrían recibir formación y apoyo para identificar posibles aliadxs dentro de las estructuras gubernamentales y negociar acuerdos favorables para sus miembros dentro de los límites de dichas estructuras.
Para el éxito de estos esquemas de protección social liderados por lxs trabajadorxs en empleo informal, es fundamental contar con un conjunto de leyes claras que guíen su funcionamiento y gobernanza. Esto quedó en evidencia en el estudio de Togo, donde la supervivencia de las mutualidades de salud lideradas por lxs trabajadorxs se ve amenazada por la falta de un marco legislativo claro.
Pero incluso cuando existen estos marcos, las actitudes sesgadas en el contexto político suelen frenar el crecimiento de los esquemas liderados por lxs trabajadorxs. En Nigeria, por ejemplo, donde la relación del Gobierno con el sector informal ha sido tensa, los intentos de la FIWON de asociarse con el Estado en sus esquemas han fracasado repetidamente.
Y, en Uganda, debido a la desconfianza generalizada entre el Gobierno y lxs conductorxs de mototaxis (boda-boda), una parte del sector ha sido absorbida por intereses políticos mezquinos, lo que ha destruido el espíritu de solidaridad y cooperación que define al movimiento de lxs trabajadorxs.
Estas experiencias ponen de manifiesto la necesidad de prestar atención a la manera en que los entornos políticos y normativos de los países socavan la capacidad de prosperar de los esquemas liderados por lxs trabajadorxs, independientemente de sus méritos individuales.
El apoyo externo a estos esquemas, así como al financiamiento, es crucial. De las experiencias de los tres estudios de caso se desprende que es muy baja la probabilidad de que los esquemas de protección social liderados por lxs trabajadorxs alcancen por sí solos la viabilidad financiera a largo plazo.
Para que estos esquemas atraigan y mantengan el apoyo de lxs donantes y otros recursos externos, tienen que ser capaces de demostrar su aptitud para funcionar de forma eficaz y rentable. Necesitan conocimientos empresariales y técnicos y una buena gobernanza.
Es necesario capacitar a líderes y miembros para que comprendan sus respectivos roles en el mantenimiento de la gobernanza democrática del esquema. Una forma de hacerlo es adoptar un modelo de formación de formadorxs en el que lxs líderes que reciben formación sobre los principios de la gobernanza cooperativa deban transmitir dicha formación a sus miembros. Esto puede fomentar la transparencia y la responsabilidad necesarias para inspirar confianza dentro de los esquemas individuales, así como con los actores externos.
Ante los serios desafíos a los que se enfrentan los esquemas de protección social liderados por lxs trabajadorxs, parece razonable preguntarse si seguir abogando por ellos es la mejor opción para conseguir la protección social para lxs trabajadorxs en empleo informal, o si ese objetivo podría alcanzarse más eficazmente reorientando los recursos disponibles hacia la defensa de esquemas universales financiados con fondos públicos.
Los datos de los estudios de caso en Nigeria, Togo y Uganda, así como en otros lugares, indican que estas estrategias no se excluyen mutuamente; de hecho, pueden ser complementarias. El objetivo a largo plazo de establecer esquemas universales de protección social puede reforzarse mediante el fortalecimiento de los esquemas liderados por lxs trabajadorxs ya existentes. Esto es coherente con el argumento de que los esquemas autogestivos, aunque respondan a las realidades locales, no deben eximir a los gobiernos de la responsabilidad de garantizar el bienestar de todxs sus ciudadanxs.
Este artículo está basado en un informe escrito por Temilade Sesan para el proyecto de investigación de WIEGO y Streetnet Internacional “Nuevas formas de seguridad social para la inclusión económica de mujeres y jóvenes trabajadorxs en empleo informal”. De este proyecto, también ha surgido una serie de podcasts en inglés y francés, titulada “De la asistencia sanitaria a los cascos: Preocupaciones comunes en el interior de las cooperativas”.