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Primero encerradas, luego expulsadas:

Las personas trabajadoras en empleo informal frente a una recuperación desoladora

Más del 60% de la población ocupada del mundo trabaja en la economía informal. Una parte de estas trabajadoras y trabajadores, que aún no podemos cuantificar, perdieron su empleo durante las medidas de confinamiento que tuvieron lugar en distintas ciudades alrededor del mundo. Ahora, deben hacer frente a las consecuencias de las deudas que contrajeron para sobrevivir a la pandemia de la COVID-19.

El alcance de la crisis que enfrentan las trabajadoras y trabajadores en empleo informal en todo el mundo, pertenecientes a sectores como la venta ambulante, el trabajo del hogar y el reciclaje, se encuentra plasmado en el último estudio de WIEGO (Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando, una organización no gubernamental internacional), La crisis de la COVID-19 y la economía informal. Los primeros resultados, resumidos en el blog Trabajadoras y trabajadores en empleo informal ven un largo camino hacia la recuperación, a menos que los gobiernos actúen muestran cómo la primera ola de medidas restrictivas arrasó con los ingresos de estas personas trabajadoras y el escaso o nulo apoyo que recibieron por parte de los gobiernos. Muchas de ellas no tuvieron otra opción más que contraer préstamos en condiciones abusivas.<

La Coordinadora Internacional de WIEGO, la Dra. Sally Roever, afirma que los ingresos de estas personas trabajadoras se vieron interrumpidos de manera repentina y masiva. “Nuestros datos reflejan un panorama mundial desolador, donde las trabajadoras y trabajadores declaran haberse quedado sin trabajo ni ingreso alguno en pleno apogeo del confinamiento en sus ciudades”, señala. “En algunos lugares, como Ahmedabad, India, observamos que casi el 100% de las muestras de determinados sectores que recoge el estudio están completamente sin trabajo, como es el caso de la venta ambulante, el reciclaje, el trabajo del hogar y en domicilio. En Bangkok, Tailandia, las y los masajistas quedaron totalmente desempleados con la entrada en vigencia de las medidas de distanciamiento social”.

WIEGO y sus socios locales entrevistaron a más de 2200 trabajadoras y trabajadores en empleo informal en 12 ciudades alrededor del mundo. El Dr. Michael Rogan, Director del programa de políticas urbanas, afirma que casi el 70% de quienes participaron del estudio dijeron que sus ingresos fueron igual a cero durante el período de confinamiento. “Dado que muchas personas trabajadoras en empleo informal dependen de lo que ganan día a día para llevar comida a sus mesas, esta interrupción de sus ingresos tuvo serias consecuencias para ellas y sus hogares”, declara. “En el estudio, mucha gente nos dijo que la pérdida de ingresos impactó en su salud física y psicológica, que en los casos más extremos se manifestó en hambrunas. En Pleven, Lima, Durban y Tiruppur, mucho más de la mitad de la muestra encuestada nos dijo que los miembros de su hogar sufrieron hambre.”

El estudio también revela los principales modos en los que las personas trabajadoras en empleo informal sobrellevaron las consecuencias financieros de la pandemia, en particular frente a la ausencia del apoyo gubernamental y de las medidas de alivio adecuadas.

La Dra. Roever declara que muchas de ellas utilizaron estrategias similares para salir adelante: excavando en sus ahorros, pidiendo dinero prestado y empeñando sus valores. “Con estas estrategias de supervivencia, estamos frente a la tormenta perfecta. Cuando tienes ingresos diarios, acumular bienes y ahorros es realmente difícil. Por eso, cuando escuchamos que los y las vendedoras ambulantes están agotando sus ahorros para llegar a fin de mes, sabemos que eso significa menos dinero para reabastecerse cuando sea la hora de volver a trabajar”.

“Pedir dinero prestado profundizará aún más el vicioso en el que se encuentran las trabajadoras y trabajadores en empleo informal. Más del 40% de las y los entrevistados dijeron que debieron recurrir a endeudarse. Esto no solo va a complicar la recuperación en cuanto empiecen a pagar esas deudas recién adquiridas, sino que, además, mucha gente pudo haber entrado en acuerdos abusivos de los que les resultará muy difícil salir”, menciona la Dra. Roever. Señala también que el camino a la recuperación en estos tiempos sin precedentes debe ir de la mano de una respuesta sin precedentes por parte del gobierno para que la gente vuelva a trabajar.

“Es preciso abordar la pobreza creando empleo. El trabajo no solo da ingresos sino también dignidad, sentido de comunidad y de propósito. La magnitud de esta crisis exige que los gobiernos redoblen sus esfuerzos, piensen creativamente y comiencen la recuperación con las trabajadoras y trabajadores en empleo informal”, destaca. Las y los participantes del estudio agregaron que siguen necesitando subsidios en efectivo y asistencia alimentaria, pero postura más común fue que para ir realmente más allá de la mera supervivencia y ser capaces de reconstruir y recuperar sus medios de sustento y sus ingresos, necesitan volver a trabajar.

La Dra. Roever y el Dr. Rogan indican que esto requiere que los gobiernos locales y nacionales trabajen junto a las organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal para reconstruir las líneas comerciales, poner nuevamente en marcha los lugares de trabajo y ayudar a estas trabajadoras y trabajadores a acceder a los mercados. Los gobiernos nacionales, por su lado, pueden extender las medidas de alivio para abordar de manera inmediata las penurias y las deudas; mientras, los gobiernos locales pueden colaborar con las organizaciones de personas trabajadoras para promover al mismo tiempo el empleo y la salud pública.

Por favor, ponerse en contacto con, Lic. Graciela Mora, Encargada de Prensa WIEGO en media@wiego.org o or +506 8358 5592 (UTC/GMT -6 horas).

Notas de las editoras

La crisis de COVID-19 y la economía informal es un estudio longitudinal llevado a cabo por WIEGO en 12 ciudades para evaluar el impacto de la crisis de la COVID-19 en grupos ocupacionales específicos de personas trabajadoras en empleo informal y sus unidades familiares. Mediante una encuesta y entrevistas en profundidad, en la primera fase del estudio evaluamos el impacto de la crisis en dos puntos –el pico de las medidas restrictivas (abril de 2020) y la flexibilización de estas medidas (mayo/junio) en comparación con el pre-COVID-19 (febrero de 2020)–. En la segunda fase, evaluaremos las repercusiones persistentes versus los signos de recuperación en marzo/abril de 2021, en comparación con el período pre-COVID-19 y la primera fase. Este informe presenta un resumen de las conclusiones de la primera fase del estudio. Las investigadoras e investigadores encuestaron a personas trabajadoras del hogar, en domicilio, del reciclaje de residuos y de latas, de la venta ambulante, conductoras de mototaxis, masajistas (la investigación ofrece un perfil demográfico de esta población ocupada, documenta sus condiciones laborales y el impacto de la COVID-19).

La crisis de la COVID-19 y la economía informal es un trabajo colaborativo entre Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando y organizaciones socias que representan a personas trabajadoras en empleo informal en 12 ciudades: Accra, Ghana; Ahmedabad, India; Bangkok, Tailandia; Dakar, Senegal; Dar es Salaam, Tanzania; Delhi, India; Durban, África del Sur; Lima, Perú; Ciudad de México, México; Pleven, Bulgaria; Nueva York, EE.UU.; y Tirupur, India, con el apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo, Canadá. Este estudio longitudinal de métodos mixtos incluye encuestas realizadas por teléfono a personas trabajadoras en empleo informal y entrevistas semiestructuradas a sus líderes y lideresas y otros informantes clave. La segunda fase será llevada a cabo en marzo y abril de 2021.

Foto Créditos: Street Vendor Project, New York City