Lxs trabajadorxs en empleo informal a menudo están expuestxs a una serie de riesgos para la salud y la seguridad en el trabajo. Con frecuencia se ven obligadxs a asumir toda la responsabilidad de afrontar estos riesgos en sus lugares de trabajo, a pesar de que habitualmente carecen de acceso a la asistencia sanitaria y enfrentan una profunda inseguridad en materia de ingresos. La crisis climática supone una amenaza existencial adicional para lxs trabajadorxs, con efectos catastróficos para su salud y sus medios de subsistencia.


A pesar de ser agentes de la sostenibilidad medioambiental, por ejemplo al reducir los gases de efecto invernadero mediante el reciclaje inclusivo, lxs trabajadorxs son cada vez más vulnerables a los riesgos climáticos y sanitarios. El calor extremo obliga a lxs vendedorxs ambulantes a trabajar bajo un sol abrasador y sin sombra, y a lxs trabajadorxs en domicilio a desarrollar sus actividades laborales en interiores sin ventilación ni aire acondicionado adecuados. Debido a la escasez de agua, las trabajadoras del hogar tienen que desplazarse más allá de las casas de sus empleadorxs para buscar agua, y lxs recicladorxs se enfrentan a los peligros de las inundaciones en sus rellenos sanitarios.

WIEGO ha venido apoyando un proyecto del Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED), buscando analizar los riesgos que enfrentan lxs trabajadorxs de Zimbabue y de India debido al cambio climático, y elaboró con ellxs una serie de estrategias inclusivas para hacer frente a estos riesgos. El proyecto fue financiado por el programa “Grupo de Investigación en Salud Mundial” del Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR), con una subvención del gobierno británico.

Una parte del proceso de coproducción consistió en fomentar el intercambio de conocimientos y experiencias entre lxs trabajadorxs dentro de la red WIEGO, durante el cual organizaciones de trabajadorxs, cooperativas y activistas de Zimbabue, Brasil, Sudáfrica, Bangladesh y Ghana compartieron los problemas de salud y seguridad en el trabajo a los que se enfrentan como consecuencia del cambio climático. Esto condujo a un estimulante debate virtual guiado por WIEGO. En Zimbabue, lxs trabajadorxs relacionaron el estrés térmico y el menor acceso al agua con los efectos sobre el ausentismo y los ingresos de lxs trabajadorxs, destacando la forma en que estos efectos son más graves para las mujeres trabajadoras (que suelen encargarse de buscar agua para sus hogares). Recientemente, la Cámara de Asociaciones de la Economía Informal de Zimbabue —una organización de base de miembros de WIEGO y socia clave en el proyecto del IIED— logró con cierto éxito incidir a nivel municipal, cuando firmó un Memorando de Entendimiento con el concejo municipal de Masvingo para proporcionar aseos e infraestructuras a lxs trabajadorxs, promover los empleos verdes y apoyar las iniciativas locales de reforestación de lxs trabajadorxs.

En Brasil y Ghana se recalcó la importancia de las cooperativas de trabajadorxs para organizarse a favor de la justicia medioambiental y sanitaria. Se hizo especial hincapié en el proyecto Género y Reciclaje de Belo Horizonte, Brasil, porque se centra en la lucha de las mujeres recicladoras. Lxs compañerxs de Sudáfrica y Bangladesh llamaron la atención sobre lxs trabajadorxs desplazadxs y sin hogar como consecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, así como sobre la labor crucial de sus organizaciones en la innovación de prácticas laborales respetuosas del medioambiente y sin residuos, y en la promoción de respuestas democratizadas ante la crisis climática que eleven la voz de lxs trabajadorxs en los espacios nacionales y mundiales de políticas públicas.

Las estrategias sugeridas a corto y largo plazo giran en gran medida en torno a la sensibilización. Existe una necesidad urgente de más investigaciones exploratorias (y participativas) sobre el impacto de la crisis climática en la salud y los medios de subsistencia de lxs trabajadorxs, que sitúen sus historias en el centro; y de una amplia documentación e intercambio de buenas prácticas en torno a la gestión de los riesgos climáticos y sanitarios en el lugar de trabajo. Esto último desempeñaría un papel clave en la creación de redes de solidaridad transfronteriza entre organizaciones de trabajadorxs que se movilizan en torno a esta cuestión. Las organizaciones de trabajadorxs también deben beneficiarse del desarrollo de capacidades en materia de riesgos climáticos y sanitarios, con el fin de estar mejor equipadas para participar en los debates políticos y para liderar el desarrollo de soluciones innovadoras.

Aparte de estas sugerencias, lxs trabajadorxs necesitan protección en todo el sistema –y que los Estados y quienes poseen capital asuman la responsabilidad de los riesgos climáticos y sanitarios–. Esto incluye el suministro de modelos de cobertura sanitaria universal que sean verdaderamente universales y ofrezcan una atención sanitaria primaria integral: una atención médica que sea asequible, disponible para todxs, adecuada y de buena calidad. Sin esto, lxs trabajadorxs de todo el mundo siguen siendo muy vulnerables a los riesgos que plantea la crisis climática.


Foto superior: recicladorxs trabajando en Belo Horizonte, Brasil. Crédito: WIEGO