Sin los recicladores y recicladoras, las ciudades de África, Asia y América Latina estarían enterradas en su propia basura. Las y los recicladores en la economía informal han demostrado ser esenciales para mantener las ciudades limpias, pero tienen que luchar para obtener el reconocimiento de los municipios que a menudo ignoran su labor y la importancia de su trabajo.
Es por eso que los logros de los recicladores en Bogotá, liderados por la Asociación de Recicladores de Bogotá (ARB), han sido pioneros a nivel mundial.
En 2013, la ARB ganó una dura batalla por la inclusión, obteniendo reconocimiento y remuneración por los servicios públicos de recolección, transporte y reciclaje de residuos por parte de la Corte Constitucional de Colombia. Esta hazaña se logró tras dos décadas de duras batallas legales que la ARB presentó para reclamar sus derechos, lo que dio lugar a siete fallos de la Corte Constitucional de Colombia a favor de los recicladores, una gran victoria.
El sistema de pago de Bogotá se convirtió en uno de los primeros de su tipo, y desde entonces, otras ciudades de Colombia han seguido su ejemplo, incluyendo Pereira, en marzo de 2019.
Hoy, sin embargo, el progreso de Colombia para ser un modelo integral de referencia mundial está en peligro.
A pesar de que existen leyes claras e inclusivas en el país, los recicladores se han enfrentado a grandes contratiempos. Desde el año pasado, las nuevas políticas públicas, tanto a nivel local como nacional, han afectado los éxitos alcanzados anteriormente.
Contenedores de basura municipales aparecen sin aviso
Para empezar, a nivel de distrito, los funcionarios de Bogotá han ordenado la instalación de 5000 contenedores de basura en toda la ciudad. Hay planes para duplicar esta cantidad. Los contenedores se han colocado sin educar al público sobre cómo usarlos. Como resultado, están rebosando y la basura está otra vez ensuciando las calles –problema que los recicladores han trabajado arduamente por evitar. Además, los camiones municipales no están debidamente equipados para recoger los contenedores, lo que provoca mayores problemas de basura.
También es importante tener en cuenta que los nuevos contenedores se instalaron sin ninguna consulta con los recicladores, quienes dependen de los materiales desechados para su supervivencia económica. La ciudad lo sabe muy bien y también es consciente de las leyes que protegen a los recicladores, y su acceso a los residuos.
Sin embargo, de todos modos la ciudad ha seguido adelante con sus planes, y las y los recicladores están sufriendo las consecuencias.
Por ejemplo, de los 5000 contenedores nuevos, la mitad se suponía que eran para desechos reciclables, pero dada la falta de conocimiento adecuado de los ciudadanos, los materiales reciclables se han mezclado con todos los demás desechos. Los recicladores no han podido recuperar materiales reciclables, y sus ingresos se están viendo afectados, sin mencionar el impacto ambiental provocado. En un momento en que el mundo pide más reciclaje para evitar una creciente crisis de desechos plásticos en los océanos, las medidas regresivas de Bogotá solo empeoran la situación.
El gobierno "desecha" los desechos
También hay nuevas políticas a nivel nacional que van en contra de las órdenes constitucionales. Por ejemplo, el gobierno ha comenzado a imponer requisitos costosos para las organizaciones de recicladores. Las nuevas políticas tributarias están cobrando tarifas a las organizaciones de recicladores en el proceso de formalización con requisitos onerosos de información financiera e impuestos muy altos, lo que hace que las pequeñas organizaciones de recicladores no puedan ser sustentables.
Además, las nuevas políticas nacionales han declarado arbitrariamente ciertos materiales reciclables, como chatarra, que no forman parte del servicio de reciclaje y, por lo tanto, los recicladores no pueden ser remunerados por su recuperación, transporte y reciclaje. Los recicladores reciclan chatarra para reducir el peso del total de residuos recuperados. Dado que la chatarra ya no se reconoce como material reciclable, el municipio no puede pagar a los recicladores por su trabajo de reciclaje de este material.
Organización nacional de recicladores desafía nuevas normas
Hasta hace poco, el progreso realizado en Bogotá era una referencia para otros municipios de Colombia y una inspiración alrededor del mundo. Sin embargo, hoy en día, el sistema de integración y reciclaje de los recicladores se ha debilitado y está amenazado por estas nuevas medidas. Los recicladores y recicladoras están perdiendo sus ingresos y su acceso a los materiales reciclables.
Con una tasa tan baja de reciclaje, es preocupante que el gobierno de Colombia haya anunciado estudios para introducir la incineración de desechos, lo que podría poner en peligro los medios de vida de los recicladores y la salud pública.
Nohra Padilla, presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores de Colombia (ANR), recientemente participó en televisión para plantear estos problemas a los responsables de políticas locales y nacionales para debatir la situación actual. Hizo un llamado a los formuladores de políticas a ver el valor de los recicladores en Bogotá y en todo el país. Ella dijo: “Siga la Orden Constitucional, que está destinada a proteger a todos los recicladores. Se supone que el Distrito debía desarrollar un censo de recicladores para que pueda establecer una relación positiva con el sector. Eso no está sucediendo en muchas ciudades. Las organizaciones de servicios de residuos no pueden convertirse en dueños de los derechos de los recicladores. El derecho de los recicladores es para los recicladores, que en este país son 60 000 personas”.
Faro de esperanza en Pereira
Los recicladores siguen trabajando duro en todas las ciudades de Colombia.
A nivel nacional, el sector de recicladores continúa organizando y proporcionando servicios de reciclaje. Las nuevas ciudades continúan apoyándoles, a pesar de lo que está sucediendo en otras partes del país. Recientemente, en marzo de 2019, los recicladores de Pereira recibieron remuneración por sus servicios, sumando así casi 300 organizaciones de recicladores y recicladoras registradas en Colombia como proveedoras de servicios (aunque solo 180 de ellas están activas y persisten algunos problemas con los pagos).
La incorporación de recicladores en los sistemas municipales ha tenido un gran impacto en Colombia. La cantidad anual de toneladas de residuos recuperados y reciclados ha aumentado dramáticamente, de 97 905 toneladas por año en 2016 a 536 092 toneladas por año en 2017. Ahora existe una oportunidad para que los gobiernos locales y nacionales reconsideren estas nuevas políticas para reconocer los esfuerzos y experiencia de los recicladores, y muestren al mundo cómo Colombia puede ser un modelo para un sistema de gestión de residuos económica y socialmente justa una vez más.
Lea más sobre la lucha de Nohra Padilla, líder de ANR y la lucha de su organización para mejorar las condiciones de los recicladores y recicladoras de Colombia.
Primera foto: Concepcion Romero Lopez, recicladora. Juan Arredondo/Getty Images Reportage
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