¿Quiénes son las personas trabajadoras del hogar?Las personas trabajadoras del hogar brindan una serie de servicios en hogares privados: barren y limpian, lavan ropa y platos, hacen las compras y cocinan, se ocupan del cuidado infantil, de personas mayores y discapacitadas. Brindan servicios de jardinería, de traslado y de seguridad.
Los casi 76 millones de personas trabajadoras del hogar del mundo representan el 2,3 % del total del empleo a nivel mundial. Brindan servicios esenciales que permiten el funcionamiento de los hogares, pero la mayoría trabaja en situación de vulnerabilidad con niveles muy arraigados de violencia y discriminación basados en la clase, la raza, la etnia o el género. A pesar de contribuir a la sociedad, a la economía y a proveer servicios esenciales, suelen quedar excluidas de las protecciones jurídicas y sociales. En muchos países, los domicilios no se reconocen como lugares de trabajo y las personas trabajadoras del hogar no son reconocidas como trabajadoras.
La demanda de servicios del hogar está creciendo en todo el mundo debido al aumento de mujeres que trabajan fuera del hogar, el envejecimiento de la población y la necesidad cada vez mayor de cuidados prolongados y la pérdida de apoyo de la familia extendida.
Trabajadoras del hogar y Convenio 189 de la OIT: Hacerlo realidad - África
Recurso destacadoCaja de herramientas sobre el Convenio 189 de la CIT
WIEGO y la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar (FITH) se asociaron para redactar esta caja de herramientas que acompaña a las afiliadas de la FITH en su trabajo por hacer realidad el Convenio 189 de la OIT para las personas trabajadoras del hogar. Esta versión está pensada para África y se enfoca en las actividades que realizamos en esa región. En 2022, WIEGO y la FITH adaptaron esta caja de herramientas para la región del Caribe.
Definición de las personas trabajadoras del hogar
Según el Convenio nº 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el trabajo doméstico, se define a las personas trabajadoras del hogar como «toda persona que realiza un trabajo doméstico en el marco de una relación laboral». El trabajo doméstico se define como «el trabajo realizado en o para un hogar u hogares».
Estadísticas sobre las personas trabajadoras del hogar
Los datos en esta sección también se pueden encontrar en Hacer que el trabajo digno sea una realidad para las trabajadoras del hogar y Las personas trabajadoras del hogar en el mundo: un perfil estadístico (nota estadística n.º 32 de WIEGO).
Las personas trabajadoras del hogar se clasifican en una categoría o varias categorías específicas en las encuestas de población activa (EPA). Sin embargo, en la práctica, aquellas que trabajan en diferentes hogares o que realizan tareas de cuidado infantil o de personas mayores, o son contratadas por o mediante agencias, a menudo no son consideradas trabajadoras del hogar. En la 20ª Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo de 2018, se adoptó la siguiente definición estadística para este grupo ocupacional: “personas de uno u otro sexo ocupadas por beneficios o a cambio de remuneración, incluida la remuneración en especie, que realizan tareas en o para uno o varios hogares para proveer servicios principalmente para el consumo del hogar. El trabajo puede realizarse en el recinto del hogar o en otros lugares” (párrafo 104). Esta definición es un gran avance para mejorar la medición del grupo poblacional.
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75,6 millones
Hay 75,6 millones de personas trabajadoras del hogar que tienen 15 años o más.
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81 %
El 81 % de las personas trabajadoras del hogar trabajan en la informalidad y no tiene acceso efectivo a protección social ni laboral.
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76 %
De los 75,6 millones de personas trabajadoras del hogar en el mundo, el 76,2 % son mujeres, con significativas variaciones según la región.
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55 %
Más de la mitad (55 %) de las personas trabajadoras del hogar del mundo se encuentran en dos regiones.
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80 %
En todos los países, la inmensa mayoría de las mujeres trabajadoras del hogar (alrededor del 80 %) son limpiadoras y ayudantes.
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1 en 6
Una de cada seis (17 %) de los 76 millones de personas trabajadoras del hogar es trabajadora migrante.
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7,1 millones
A nivel mundial, casi 7,1 millones de la infancia con menos de 17 años trabajan en servicios del hogar.
Estadísticas adicionales sobre las personas trabajadoras del hogar
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Algunas viven en las instalaciones de las personas empleadoras, el 29 % de las trabajadoras del hogar y el 23 % de los trabajadores del hogar. A la mayoría de las personas trabajadoras del hogar la contrata directamente una familia, mientras que algo más de una cuarta parte es contratada mediante una agencia. Otras trabajan a tiempo parcial y lo hacen para diferentes personas empleadoras.
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A nivel mundial, el 36,1 % de este grupo ocupacional está excluido de la legislación laboral del país y el 50,1 % no tiene derecho a la seguridad social. Sin embargo, en Chile, con una ley laboral que reglamenta el trabajo en domicilios particulares, las tasas de informalidad del sector son mucho más bajas: el 29% de las personas trabajadoras del hogar en la Región Metropolitana de Chile, el 41% en Chile urbano y el 48% en Chile a nivel nacional.
Acceder a estadísticas a nivel mundialVer el informe estadístico de WIEGO sobre Chile -
En los países emergentes y en vías de desarrollo, el 79 % de estas personas son mujeres, y en los países desarrollados, el 64 %. A nivel mundial, el trabajo del hogar es el 4 % del empleo de las mujeres y el 1 % en el caso de los hombres. En los países desarrollados de Medio Oriente, casi la mitad de las mujeres empleadas son trabajadoras del hogar, en comparación con el 15% de los hombres empleados.
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En todos los países, la inmensa mayoría de las mujeres trabajadoras del hogar (alrededor del 80%) son limpiadoras y ayudantes. Los hombres trabajadores del hogar se dedican a una gama más amplia de tipos de trabajo: alrededor de un tercio son guardias de seguridad, jardineros y trabajadores de mantenimiento de edificios; alrededor de una cuarta parte son limpiadores y ayudantes y algo menos de una cuarta parte son conductores En todos los países, alrededor del 7 % de las trabajadoras y el 1% de los trabajadores del hogar se dedican al cuidado directo.
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Las personas trabajadoras del hogar migrantes suelen vivir en la casa de las personas empleadoras, enfrentándose a los desafíos de la dependencia tanto personal como económica. Otros desafíos incluyen abusos en el sistema de contratación, como comisiones excesivas por adelantado y retención de salarios y pasaportes por parte de las personas empleadoras; abusos verbales, físicos y acoso sexual en manos de las personas empleadoras o funcionarias públicas. Para proteger a las personas migrantes del sector, se necesitan leyes y reglamentos a nivel internacional en los países de origen y de destino.
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La infancia está especialmente oculta y se encuentra entre la más difícil de encuestar. Las condiciones de empleo informal en las que trabaja la infancia hacen que queden excluidas de la protección laboral y social. El lugar de trabajo aislado les dificulta el intercambio con personas en la misma situación o la búsqueda de ayuda en caso de que surjan problemas.
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Contribución de las trabajadoras del hogar
Las trabajadoras del hogar brindan servicios que son necesarios a nivel social para mantener los hogares y el bienestar de las familias, generalmente en actividades de cuidado tanto directas (cuidado personal) como indirectas (cocinar, limpiar, y otras tareas que garantizar la salud y la seguridad del ambiente). Millones de ellas tienen un papel fundamental en el apoyo a las necesidades de cuidado de los hogares.
La pandemia de la COVID-19 puso de relieve su papel esencial a la hora de garantizar la salud y la seguridad de las familias y los hogares para los que trabajan, desde la limpieza básica hasta el cuidado de personas y de su infancia, personas adultas mayores y en enfermedad. Sin embargo, la pandemia también profundizó las desigualdades que ya existían.
Fuerzas motoras y condiciones de trabajo
Son muchos los factores que llevan a las mujeres a dedicarse al trabajo del hogar. Las que provienen de hogares pobres o comunidades desfavorecidas suelen tener pocas oportunidades de empleo y pueden sufrir discriminación por motivos de género, casta o clase, raza o etnia. Limpiar, cocinar y cuidar de la infancia y las personas adultas mayores se consideran casi a nivel universal tareas de mujeres, por lo que los hombres rara vez compiten en este mercado laboral.
La mayor parte del trabajo del hogar es informal: en muchos países, las trabajadoras del hogar se encuentran totalmente al margen de las normas laborales y las protecciones sociales, o se les aplican estándares inferiores. En Asia-Pacífico, la mayoría de las trabajadoras del hogar (61,5 %) están excluidas por completo de la cobertura de las leyes laborales nacionales, mientras que el 84,3 % permanece en condiciones de empleo informal. Incluso cuando las leyes de protección existen en los estatutos, las personas empleadoras suelen ignorarlas y las autoridades no las hacen cumplir.
En comparación con la mayoría de las demás personas trabajadoras asalariadas, las trabajadoras del hogar tienden a tener salarios más bajos, menos beneficios y menos protecciones jurídicas o sociales. Muy pocas de ellas tienen contratos laborales. Por lo general no tienen licencia por maternidad, ni cobertura sanitaria, ni pensiones.
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Como las trabajadoras del hogar son empleadas de domicilios particulares, son invisibles como trabajadoras y están apartadas del resto del sector. Particularmente las trabajadoras del hogar residentes (cama dentro) son dependientes económica y personalmente y, por consiguiente, también dependen de la buena o mala voluntad de las personas empleadoras. Los domicilios particulares pueden ser “refugios seguros”, sin embargo, es cada vez más evidente que las trabajadoras del hogar están expuestas a una serie de condiciones de trabajo insalubres y peligrosas.
Las trabajadoras del hogar suelen tener un conocimiento personal e íntimo de las personas empleadoras, pero la relación es muy desigual, lo que hace que muchas de ellas están expuestas al abuso verbal, físico o sexual. A menudo, las diferencias de raza, clase y ciudadanía aumentan esta desigualdad.
Por último, la percepción generalizada de que las normas laborales no se pueden aplicar en domicilios particulares se traduce en que muchas personas empleadoras no las cumplen, y tampoco el Gobierno hace cumplir las leyes laborales relativas a salarios, beneficios y condiciones de trabajo.
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Según la Federación Internacional de Trabajadores del Hogar, algunas personas trabajadoras del sector enfrentan múltiples formas de violencia: abuso físico, intimidación, amenazas, hostigamiento, agresión sexual, acoso, alimentación de mala calidad y falta de privacidad. Se han documentado casos graves de violencia e incluso asesinatos.
El Convenio 189 de la OIT sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos es el primer convenio de la OIT que estipula la necesidad de que los Gobiernos garanticen la protección contra todas las formas de abuso, acoso y violencia. En 2018 y 2019, una delegación de este trabajadoras del hogar participó en las negociaciones de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) sobre violencia y acoso en el mundo del trabajo; contribuyeron a generar un Convenio de la OIT (C190) sobre la Eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. En este convenio, el trabajo del hogar se incluye en una lista de ocupaciones en las que hay una mayor exposición a la violencia y al acoso y, por lo tanto, requiere una atención específica de los Gobiernos en cuanto a medidas de protección y prevención.
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En muchos países, las leyes de protección laboral y social excluyen parcial o totalmente a las personas trabajadoras del hogar de las protecciones. A veces, este grupo ocupacional está contemplado en las leyes, pero no en la práctica, dado que las leyes no cubren sus necesidades específicas o es difícil hacerlas cumplir. Muchas de ellas no saben qué beneficios y protecciones deberían obtener a cambio de los impuestos que pagan y las contribuciones que realizan. Las personas trabajadoras migrantes enfrentan desafíos particulares, lo que las deja con escasa protección legal, especialmente si no tienen documentos o fueron víctimas de trata.
Para obtener más información sobre los desafíos jurídicos y políticos de las trabajadoras del hogar, consulta Las personas trabajadoras del hogar y el derecho y Promover el trabajo digno para las personas trabajadoras del hogar: aprendizajes de cinco países.
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Los datos sobre salarios en el trabajo del hogar están disponibles en la base de datos de la Oficina de Estadística de la OIT solo para unos pocos países. Los datos muestran que las personas trabajadoras del hogar reciben salarios sustancialmente más bajos que otras personas empleadas. En general, ganan menos de la mitad del salario promedio y, a veces, no llegan al 20 % del salario medio. Este sector suele estar excluido de la protección del salario mínimo. Se estima que 21,5 millones de personas trabajadoras del hogar no tienen protección por las leyes de salario mínimo en el país en el que trabajan. Quienes sí la tienen, a menudo perciben un salario mínimo inferior al de otros sectores.
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En algunos casos, las trabajadoras del hogar son contratadas por agencias externas. La agencia suele considerar que su papel se limita a negociar la contratación y no a supervisar las condiciones de trabajo. Muchas veces, las agencias actúan como empleadoras, pero no aceptan las obligaciones que eso conlleva, es decir, el respeto de los derechos laborales, incluida la protección social.
Las agencias operan cada vez más mediante plataformas de internet, a las que las trabajadoras del hogar solo pueden acceder si se registran como trabajadoras independientes. El Sindicato danés 3F negoció el primer convenio colectivo con una empresa de plataformas, Hilfr, en 2018, y ahora tiene disposiciones que establecen que todas las personas trabajadoras que utilicen la plataforma se consideran “empleadas” y las vincula con los sindicatos.
Las agencias desempeñan un papel crucial en el acceso al trabajo para las trabajadoras del hogar cuando buscan empleo en países extranjeros. Ha habido ocasiones en las que se ha vinculado a estas agencias a actividades delictivas. El artículo 15 del Convenio 189 de la OIT sobre este grupo ocupacional establece claramente las condiciones y normas que deben existir para respetar sus derechos.
Políticas y programas
Las políticas y los programas efectivos son fundamentales para mejorar los derechos y las condiciones de las trabajadoras del hogar. Estas medidas pueden darles reconocimiento legal, protección social y estándares de trabajo justos.
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En 1948, la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) reconoció la necesidad de un instrumento internacional especial para las personas trabajadoras del hogar. Sin embargo, durante décadas no se ha implementado ningún instrumento de este tipo (convenio o recomendación).
Esta situación comenzó a cambiar en 2007, cuando las trabajadoras del hogar y las organizaciones que las apoyaban en el mundo se encontraron por primera vez en Ámsterdam. Este esfuerzo coordinado a nivel mundial logró que se aprobara el Convenio de la OIT acerca del trabajo decente de las trabajadoras y los trabajadores domésticos (C189) y la Recomendación correspondiente en la 100.a CIT en Ginebra en 2011.
La OIT monitorea el número de países que ha ratificado el C189.
Para más información, conoce la campaña por un convenio para las personas trabajadoras del hogar y “Sí, lo hicimos”. En 2021, WIEGO y la FITH reflexionaron sobre las victorias y los desafíos que les quedaban.
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El Convenio 189 de la OIT se ha ratificado en 38 países. Las medidas de implementación incluyen:
- Una carta magna para trabajadoras del hogar en Filipinas; un sistema estatal subvencionado con negociación colectiva en Francia, Bélgica y una parte de Suiza; y un aumento del salario mínimo en Guinea. En Perú, una ley del año 2020 establece la cobertura obligatoria de seguridad social para las personas trabajadoras del hogar, y en Costa Rica, se introdujo un sistema para inscribir en la seguridad social a las personas de este grupo ocupacional que trabajan a tiempo parcial.
- Algunos países, incluidos Ghana, Hong Kong, Tanzania, Togo y 10 Estados de EE. UU., que no han ratificado el convenio implementaron leyes, políticas u otras medidas para proteger y regular el sector.
Organización y voz
El movimiento mundial hacia un Convenio de la OIT para las personas trabajadoras del hogar y las campañas de ratificación del C189 proporcionaron a las organizaciones una herramienta para poder organizarse y desarrollar acciones que mejoren sus condiciones de trabajo y de vida en todos los niveles. En 2013, la Red Internacional de Trabajadores del Hogar se transformó en la primera organización sindical mundial dirigida por mujeres: la Federación Internacional de Trabajadores del Hogar (FITH).
La FITH cuenta con 88 organizaciones afiliadas de 68 países y representa a más de 670 000 personas. Las afiliadas están organizadas en sindicatos, asociaciones, redes y cooperativas.
En 2017, WIEGO y la FITH se asociaron para crear el proyecto El C189 y las personas trabajadoras del hogar: llevarlo a la práctica para brindar formación y apoyo técnico a las afiliadas de la FITH en África y el Caribe, y permitirles, de esa manera, exigir su ratificación y la promulgación e implementación de leyes y políticas que protejan a este grupo ocupacional en línea con el C189. Esto empoderará a las trabajadoras del hogar que son parte de la membresía para defender sus derechos, y las ayudará a resolver sus conflictos laborales.
También colaboramos con las afiliadas de la FITH en el Sur de Asia a documentar la provisión (o la falta de provisión) de protección social para las personas del sector, y a elaborar recomendaciones en torno a las políticas que mejoren su situación. El objetivo era empoderar a las organizaciones de este grupo ocupacional para integrar los asuntos de protección social en sus estrategias de organización y negociación.
Desde el año 2021, WIEGO ha colaborado con la FITH en África para diseñar de manera conjunta un programa de capacitación para el empoderamiento jurídico para brindarles a las personas trabajadoras del hogar el conocimiento y las habilidades necesarias para poder ofrecer servicios paralegales en sus organizaciones.
Aunque ha habido grandes avances, la mayoría de las trabajadoras del hogar no están organizadas en sindicatos ni tienen una voz representativa. En algunos países, no tienen permitido organizarse o formar parte de los sindicatos. Aun donde se reconoce su derecho a organizarse, se hace difícil porque están aisladas y en situación de vulnerabilidad. La naturaleza de la relación de la persona trabajadora con la empleadora y la falta de organizaciones de personas empleadoras del sector como contraparte de la negociación dificultan la negociación colectiva con estas últimas.
Conoce más sobre los esfuerzos de las trabajadoras del hogar para organizarse, en el libro del año 2012 La única escuela que conocemos: aprendiendo de las experiencias organizativas en la economía informal (páginas 28-41).