Coura Ndiaye, o “Mamá Coura” como la gente la llama por respeto a su edad y a la cantidad de años que ha trabajado como recicladora, es una lideresa honoraria entre las personas recicladoras del vertedero Mbeubeuss, ubicado a 30 kilómetros de Dakar. Desde el año 2000, Mamá Coura ha sido miembro –y luego lideresa– de la Asociación de Recicladoras y Recicladores de Mbeubeuss, conocida como Bokk Diom. Es una firme convencida de la importancia de organizarse, especialmente las mujeres, para defender los medios de subsistencia de las personas recicladoras y para mejorar sus condiciones de trabajo.
Como muchas mujeres en Mbeubeuss, ella descubrió en la recolección de materiales reciclables una manera de cubrir las múltiples necesidades de su familia. Pero esto es cada vez más difícil ahora debido a la pandemia de la COVID-19.
“Los ingresos disminuyeron mucho o desaparecieron por completo para muchas personas recicladoras como nosotras. Y si te cuento que, incluso cuando trabajamos, tenemos dificultades para pagar medicamentos de 3000 CFA (5 dólares estadounidenses), si eso te sorprende, entonces puedes imaginar lo que significa pagar nuestros gastos fijos [como] el alquiler, la electricidad, el agua, la escolarización”.
Aunque Mbeubeuss ha permanecido abierto, las medidas sanitarias alteraron la cadena de reciclaje en el vertedero. “Durante este período de pandemia, las personas trabajadoras podían venir al vertedero durante todo el día y volvían con las manos vacías o con muy poco dinero. Las personas compradoras a veces no tenían dinero para comprarnos los materiales; las empresas redujeron el personal y nuestros ahorros se consumieron como consecuencia del primer período de dificultades de la pandemia”.
A pesar de lo dura que fue la pandemia, Mamá Coura señala la creciente preocupación por los medios de subsistencia de las personas trabajadoras. Entre otras cosas, la reestructuración del vertedero dirigida por la Unidad de gestión de la coordinación de residuos sólidos (UCG) que está afectando las condiciones de trabajo y la seguridad de las mujeres recicladoras. “Por ejemplo, el camino que construyeron para llegar a la plataforma causa inundaciones. Como el camino es muy alto, si llueve, el agua fluye directamente hacia nosotras”.
El plan del cierre de Mbeubeuss, que es parte del programa del Gobierno senegalés para mejorar la gestión de residuos sólidos en el país (PROMOGED), es claramente la mayor amenaza.
“Si la UCG y el PROMOGED persisten en su postura, es nuestro fin”.
A pesar del posible desplazamiento y la pérdida de ingresos de estas personas trabajadoras, el Gobierno se niega a incluir a las personas recicladoras en el proyecto de gestión de residuos sólidos y a garantizarles, al menos, un medio de subsistencia.
Para hacer frente a estos desafíos, la asociación necesita fortalecerse y mejorar las estrategias de comunicación entre representantes y miembros para abordar los problemas y mejorar su capacidad de incidencia, sostiene Mamá Coura.
Aun así, también resalta que necesitan ayuda del Gobierno. “Creo que las personas recicladoras simplemente necesitan que la UCG mejore sus condiciones de trabajo en el vertedero. En este sentido, las personas recicladoras están pidiendo que su trabajo sea mejor remunerado”.
“El estado debería ayudarnos y no al revés. Fuimos las primeras personas que trabajamos en este vertedero y tenemos mayor legitimidad para beneficiarnos de él”.
* Esta historia se basa en una entrevista con Coura durante la fase 2 del Estudio sobre la crisis de la COVID-19 y la economía informal. Se publicó con el consentimiento de Coura.