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Renu es lideresa de la cooperativa Muubaan Nakila Service Cooperative, que opera en su localidad urbana de Bangkok. Junto con otras lideresas, brinda apoyo a personas vendedoras y sus familias ayudando a distribuir asistencia alimentaria, facilitando el acceso a servicios médicos, negociando con el gobierno local protocolos de seguridad para el mercado y abogando por el regreso de las personas vendedoras desalojadas a las zonas comerciales. 

Durante las tres olas de la COVID-19 en Bangkok, las personas vendedoras tuvieron muchas dificultades para ganar dinero. Todo empeoró dramáticamente a mediados de 2021, durante la ola de Delta, cuando el gobierno volvió a imponer restricciones y toques de queda a partir de abril de 2021 durante varios meses.


“Cuando una persona vendedora se tomaba un día libre, la gente sospechaba que estaba infectada. Si se rumorea que alguien está infectado, la clientela no irá a esa tienda”.


Las mujeres vendedoras tuvieron más dificultades todavía, ya que debieron cerrar sus tiendas para educar a sus hijos e hijas en el hogar cuando las escuelas cerraron. 

Para poder llegar a fin de mes, muchas personas vendedoras no tuvieron más opción que saltarse comidas o comer menos variado, pedir dinero prestado o utilizar sus ahorros. Esta presión financiera, junto con la crisis de salud, generó problemas de salud mental como estrés, ansiedad y depresión.

Muchas personas vendedoras recibieron dos transferencias de 3500 bahts (aproximadamente 116 USD) para comprar bienes esenciales mediante el programa de transferencia de efectivo de Tailandia a principios de 2021. Si bien esta ayuda fue útil, no alcanzó para cubrir todos los gastos o el capital necesario para recuperar sus medios de subsistencia. 

La cooperativa Muubaan Nakila Service brindó un muy necesario apoyo adicional a sus miembros, que Renu ayudó a coordinar. 


“Afortunadamente, la Federación [de Personas Trabajadoras en Empleo Informal de Tailandia] me brindó muchas bolsas de supervivencia. No solo teníamos que cuidar de nuestras personas miembros, sino también de la comunidad”.


Además hubo muchos casos de solidaridad individual, en los que, por ejemplo, las personas vendedoras compartían comidas. “No dejaremos que nuestras amistades mueran de hambre”.

Cuando las medidas de protección poco prácticas entraron en vigencia en el mercado, la cooperativa de Renu ayudó a mediar en el asunto. “El problema que había una única entrada en un solo sentido: la clientela debía hacer un gran desvío. Finalmente tuvimos que abrir todas las entradas y colocar escáneres de temperatura en cada una. Las autoridades nos permitieron hacerlo y terminamos comprando los escáneres por nuestra cuenta”.

A pedido de HomeNet Tailandia y de la Federación de Personas Trabajadoras en Empleo Informal de Tailandia la vacunación se puso a disposición de las personas vendedoras de mercado. La reticencia a la vacunación era una preocupación para muchas personas trabajadoras líderes, que intervinieron para alentar a todas las demás trabajadoras a vacunarse. “El día que el doctor vino a vacunarnos, me ofrecí para ayudar con las inscripciones en el centro de vacunación”.

Renu afirma que el gobierno tiene un rol importante para lograr que las personas vendedoras vuelvan a trabajar: brindar acceso a espacios comerciales, desarrollar una estructura impositiva más justa para las personas vendedoras en función de dónde trabajan y quitar las barreras que les impiden acceder a préstamos de bancos de ahorro gubernamentales.


“Lo que el gobierno podría hacer ahora mismo es devolver los lugares comerciales a las personas vendedoras para que puedan ganarse la vida y no tengan que preocuparse por nada porque van a sobrevivir. La clientela nos conoce. Con que podamos ganarnos la vida, es suficiente”.


* Esta historia se basa en entrevistas con Renu durante la ronda 2 del Estudio sobre la crisis de la COVID-19 y la economía informal de WIEGO, realizadas en octubre y diciembre de 2021. Se publicó con el consentimiento de Renu.


Foto principal: Renu en su puesto en Bangkok, Tailandia, antes de la pandemia, en 2015. Créditos: Paula Bronstein/Getty Images Reportage