Rukaya Bawule tiene 26 años y es una lideresa de las kayayei, o mujeres estibadoras, en el mercado de Agbogbloshie en Acra, Ghana. Mediante su organización, la asociación Old Fadama kayayei, Rukaya ayuda a las kayayei durante la pandemia compartiendo información sobre la necesidad de utilizar equipamientos de protección individual (EPI) y de vacunarse, y abogando por sus necesidades ante el gobierno local.

La mayoría de las kayayei que trabajan en el mercado, incluida Rukaya, vienen de la región rural del norte del país. Las kayayei son mujeres que transportan cargas pesadas sobre sus cabezas para las personas vendedoras de mercado y su clientela; a menudo, llevan niñas o niños pequeños atados a sus espaldas.

Para las kayayei, sus días de trabajo pleno se acabaron con la pandemia, cuando la demanda de la clientela se derrumbó, al tiempo que la situación se agravaba con desalojos de las zonas del mercado por parte del gobierno y el estigma como portadoras de la enfermedad que recaía sobre ellas. “El mercado no funciona como de costumbre debido a la COVID-19 y porque han relocalizado algunas partes del mercado de Agbogbloshie, para que no tengamos acceso a nuestra clientela”.

Desde entonces, el dinero ha escaseado: muchas kayayei tuvieron que saltarse comidas para llegar a fin de mes. Algunas, incluida Rukaya, no tuvieron otra opción más que enviar a sus hijas e hijos con parientes a sus lugares de origen, sin saber cómo harían para alimentarlos.


“Envíe a mi hijo de dos años con parientes debido a la COVID-19 porque sentí que Acra podría llegar a ser peligrosa para él. Con mi mamá, él estará bien cuidado”.


Una demanda muy importante de la asociación de kayayei es contar con un centro de cuidado infantil seguro, económico y accesible cerca de los mercados en donde ellas trabajan.


“Nuestra principal preocupación son nuestras hijas e hijos. Preferiríamos llevarlos a centros de cuidado infantil cerca o en el mismo mercado en el que trabajamos para que podamos buscarlos después. Eso nos permitiría trabajar eficientemente”.


En lugar de apoyar a las kayayei durante la crisis brindando acceso a la protección social necesaria y asistencia en efectivo, el gobierno las hostigó y desalojó de los mercados, lo que ha provocado más daño a sus medios de subsistencia.


“Las personas guardias municipales han comenzado a hostigarnos... Las que están en la política se acuerdan de nosotras durante las elecciones, vienen a buscarnos para juntar nuestros votos. Pero después de las elecciones nos maltratan y nos despiden de nuestros lugares de trabajo”.


Sin la asistencia del gobierno local, las kayayei han desarrollado estrategias para apoyarse entre sí, por ejemplo, compartiendo comidas y responsabilidades de cuidado de niñas y niños. Las lideresas kayayei como Rukaya siguen haciendo lo que pueden para apoyar a sus miembros, incluyendo el uso sistemático de EPI y generando confianza en la vacunación: “Es por eso que me decidí por la vacuna, para poder usarla y convencerlas de que se vacunen”.

Las kayayei están pidiéndole a su gobierno los cambios estructurales necesarios para recuperarse de la crisis y obtener medios de subsistencia seguros y sostenibles. Proveer protección social que incluya el cuidado de la infancia, detener el hostigamiento y acceder a capacitación, financiación y oportunidades laborales adicionales es muy importante.


“Estamos creando una base de datos que nos permita abogar efectivamente por nuestras necesidades ante el Ministerio de Género y el Departamento de Bienestar Social. Con una base de datos, podemos presentar con confianza nuestros números cuando nos los piden”.


“Algunas mujeres quieren continuar con su educación pero no tienen los medios suficientes. Otras desean con ansias aprender un oficio. Algunas de nosotras queremos empezar un negocio. Si nos brindan préstamos, podemos trabajar y devolver el dinero. Esta ayuda nos permitirá cuidar de nuestras hijas e hijos. Sería genial si el gobierno nos pudiera ayudar con esto”.


* Esta historia se basa en una entrevista con Rukaya Bawule durante la ronda 2 del Estudio sobre la crisis de la COVID-19 y la economía informal de WIEGO, realizada en agosto de 2021. Se publicó con el consentimiento de Rukaya. Más información sobre la recuperación de la COVID-19 en Acra aquí.


Foto principal: Las kayayei llevan una carga llena de productos sobre sus cabezas en el mercado de Agbogbloshie en Acra, Ghana. Estas jóvenes mujeres están empleadas informalmente para realizar el arduo trabajo físico de transportar materiales para personas vendedoras o ayudando a la clientela a llevar sus compras a sus vehículos. Créditos: Jonathan Torgovnik/Getty Images Reportage