Cerca de un tercio de las personas encuestadas a mediados de 2021 declaró que algún miembro de su familia había pasado hambre el mes anterior.

A pesar de la urgencia, la asistencia en efectivo y comida que provee el gobierno se ha paralizado desde los primeros tres meses de la pandemia.


Un estudio internacional que analizó las condiciones de vida de las personas trabajadoras en empleo informal durante la crisis de COVID-19 descubrió que su recuperación económica se ha estancado, y que los hogares atraviesan elevados niveles de hambre mientras el gobierno disminuye su asistencia.
El estudio, llamado La crisis de la COVID-19 y la economía formal y llevado a cabo por WIEGO, examina la situación de las personas trabajadoras en empleo informal en 11 ciudades de 9 países en comparación con su situación económica pre-COVID-19, durante febrero de 2020.

La reciente investigación retrata una recuperación paralizada: la mayoría de las personas encuestadas no ha regresado por completo al trabajo, sus ingresos están muy por debajo de los niveles previos a la pandemia y pocos han recibido la vacuna. Los datos de WIEGO coinciden con las predicciones de la Organización Internacional del Trabajo de una “gran discrepancia” en las trayectorias de recuperación de países con altos y bajos salarios.

El estudio también mostró cómo los gobiernos, a pesar de buscar la recuperación económica pos-COVID-19, han fallado en ayudar a que la mayoría de las personas trabajadoras del mundo retomen sus empleos y recuperen sus medios de sustento.

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La coordinadora internacional de WIEGO, la Dra. Sally Roever, afirma que las graves y sostenidas interrupciones del trabajo y de los ingresos dificultan cubrir las necesidades alimentarias básicas. “En la muestra de mediados de 2021, el 29 % de las personas encuestadas informó que una persona adulta en sus hogares había pasado hambre el mes anterior, el 27 % informó que un menor había pasado hambre, y la mayoría –casi el 60 %– informó haber reducido la diversidad en su alimentación o haber comido con menor frecuencia”, afirma la Dra. Roever.

“Los hogares en Lima, Durban y Dakar fueron los más afectados en este sentido. Estos hallazgos son un crudo y serio recordatorio de cómo la lenta recuperación del Sur Global tiene un costo humano muy real. Las personas trabajadoras en empleo informal y sus familias siguen viviendo en esta crisis y, cuanto más vivan sin asistencia política, mayor será la brecha entre los países desarrollados y en desarrollo”.

El Dr. Mike Rogan, investigador principal del Estudio sobre la crisis de la COVID-19 y la economía informal, menciona que esto se combina con la disminución del acceso a la ayuda gubernamental. “El acceso a la asistencia económica del gobierno se estancó en el transcurso del estudio, y el porcentaje de personas encuestadas que recibieron ayuda alimentaria se redujo desde los primeros tres meses de la pandemia. Los porcentajes de personas trabajadoras que obtuvieron una condonación de su alquiler, de los pagos por servicios públicos o de la matrícula escolar alcanzaron cifras de un solo dígito. Esta falta de asistencia forzó a muchas personas trabajadoras a tomar nuevos préstamos, a usar sus ahorros y a reducir su consumo de comida”.

“Más allá de las medidas paliativas, el estudio demostró que las intervenciones del gobierno eran más perjudiciales que beneficiosas, en especial con respecto al retorno de las personas trabajadoras a sus empleos. Nuestra investigación descubrió que casi el 50 % de las personas encuestadas necesitaba dinero para volver a trabajar, y que solo el 7 % recibió préstamos del gobierno. Al mismo tiempo, los gobiernos también impidieron que las personas trabajaran en espacios públicos», informa el Dr. Rogan. El estudio reveló que, en contraste, más de un cuarto de las personas vendedoras ambulantes y comerciantes de mercado, así como el 15 % de las personas recicladoras, informaron haber recibido hostigamiento por parte de las fuerzas de la ley.

Las personas trabajadoras en empleo informal encuestadas para el estudio destacaron las siguientes necesidades para su recuperación:

  1. Atender las necesidades materiales inmediatas, en especial mediante ayuda alimentaria y subvenciones en efectivo que reemplacen ahorros, salden deudas y restituyan activos.
  2. Proveer fondos de maniobra para los negocios y los medios de subsistencia mediante subvenciones o préstamos con intereses bajos.
  3. Apoyar el empleo y la recuperación y transición de los medios de subsistencia. Esto incluye permitir que las personas trabajadoras retomen sus actividades –incluso en mercados y espacios públicos para las personas vendedoras ambulantes y en vertederos y centros de separación para las recicladoras– y que se cree o facilite nuevo empleo, capacitaciones y vacunación generalizada para la reapertura.
  4. Extender la protección social, incluido el acceso a la seguridad social, la cobertura sanitaria y el apoyo básico a los ingresos, en pie de igualdad con las personas trabajadoras en empleo formal.
  5. Promover un marco político y jurídico propicio, que incorpore una planificación urbana e incluya a las personas trabajadoras independientes, así como niveles mínimos de salarios y de remuneración a destajo, horas laborales justas y requisitos de salud y seguridad en beneficio de las personas trabajadoras asalariadas y contratistas dependientes.
  6. Seguir el principio de “No hacer daño”: permitir que las personas trabajadoras se procuren medios de subsistencia, proteger sus lugares de trabajo y poner fin a las prácticas punitivas de hostigamiento, confiscación, multas y desalojos.

Contacto:

Nicole Pryor - nicole.pryor@wiego.org, Graciela Mora - graciela.mora@wiego.org


Notas del editor

Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO) es una red mundial dedicada a promover el empoderamiento de las personas trabajadoras –particularmente de las mujeres– en situación de pobreza en la economía informal para garantizar sus medios de subsistencia. Creemos que todas las personas trabajadoras deben tener los mismos derechos, oportunidades económicas y protecciones, y poder expresarse en un plano de igualdad. Para promover el cambio, WIEGO contribuye con el mejoramiento de las estadísticas, la construcción de nuevos conocimientos sobre la economía informal, el fortalecimiento de redes de organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal, así como de sus capacidades; y, junto con estas redes y organizaciones, busca influir en las políticas locales, nacionales e internacionales.

La crisis de la COVID-19 y la economía informal es una colaboración entre la red mundial Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO) y organizaciones locales asociadas que representan a personas trabajadoras en empleo informal de doce ciudades –Accra (Ghana), Ahmedabad (India), Bangkok (Tailandia), Dakar (Senegal), Dar es Salaam (Tanzania), Delhi (India), Durban (Sudáfrica), Lima (Perú), Ciudad de México (México), Pleven (Bulgaria), Nueva York (EE. UU.) y Tirupur (India)– con el apoyo del Centro de Investigaciones para el Desarrollo Internacional (IDRC/CRDI), en Canadá. Este estudio longitudinal de métodos mixtos incluye encuestas a personas trabajadoras en empleo informal y entrevistas semiestructuradas a sus líderes y lideresas y otros informantes clave, todas realizadas por teléfono. Aclaración: Los datos del estudio relativos a la situación de las trabajadoras del hogar en Dar es Salaam, Tanzania, no fueron incluidos entre los resultados mundiales debido a que se disponía de una muestra relativamente más grande de un único sector, lo que hubiera distorsionado los resultados generales. Por este motivo, todas las tabulaciones y comparaciones a nivel mundial hacen referencia a 11 ciudades.


Foto principal: Un vendedor sostiene samosas recién hechas, una comida frita en Delhi. Crédito: Rashmi Choudhary