Las organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal de todo el mundo hacemos un llamado a los Gobiernos de todos los niveles para que se asocien con nosotras en materia de ayuda. El trabajo informal representa más del 61 % del empleo total en el mundo –unos dos mil millones de personas trabajadoras– y en los países en desarrollo constituimos el 90 % del empleo total. Los Gobiernos deben tomar nota: sin nosotras y nosotros, no hay recuperación.
A dos años del inicio de la pandemia, la recuperación de la crisis de la COVID-19 es muy lenta para las personas trabajadoras en empleo informal, tal como lo revelan los datos del Estudio sobre la crisis de la COVID-19 y la economía informal. Muchas personas trabajadoras y sus familias siguen experimentando niveles elevados de hambre, mientras disminuyen las ayudas gubernamentales en alimentos y en efectivo. Por si fuera poco, los ingresos de la mayoría siguen estando muy por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, y los niveles de endeudamiento han aumentado, lo que deja a las personas trabajadoras en riesgo de caer más profundamente en la pobreza.
En este Primero de Mayo, hacemos un llamado a los Gobiernos para que se asocien con las organizaciones de personas trabajadoras para asegurar una ayuda sólida, enfoques de recuperación inclusivos y prácticas y principios económicos que beneficien a la sociedad.
Instamos a las personas formuladoras de políticas públicas a:
No causar daños
Los Gobiernos pueden apoyar a las personas trabajadoras en empleo informal ahora mismo, “no causar daños” conforme estas intentan reconstruir sus medios de subsistencia. Los Gobiernos deberían emitir directivas claras para que las fuerzas del orden se abstengan de acosar, violentar, sobornar, desalojar por la fuerza y destruir los bienes de las personas trabajadoras, incluidos sus hogares y lugares de trabajo. Debe prestarse especial atención a los riesgos y los costos que soportan las mujeres trabajadoras, particularmente en lo que respecta a la violencia en el lugar de trabajo y al pago forzoso de sobornos.
Reconocer el papel fundamental de las organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal en la recuperación
Desde el inicio de la crisis en 2020, hemos lanzado un llamado a los Gobiernos para que reconozcan el papel fundamental que desempeñan las personas trabajadoras en empleo informal y sus organizaciones como actores económicos, su trabajo en la primera línea, y en la prestación de ayuda como respuesta a las deficiencias de los sistemas nacionales de protección social. Incluso antes de la pandemia, cuatro mil millones de personas en el mundo no tenían acceso a ninguna forma de protección social.
Tomando en cuenta su papel vital en los esfuerzos de ayuda contra la COVID-19, es imprescindible que tengan un papel igualmente importante en la recuperación. Para ello, es necesario que los Gobiernos incluyan a las personas trabajadoras en las plataformas clave de decisión; que aseguren un apoyo financiero a las organizaciones implicadas en la prestación de servicios a las personas trabajadoras; y que brinden apoyo a las organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal, que fueron fundamentales para ofrecer ayuda a sus miembros cuando los Gobiernos no estuvieron a la altura.
Promover los principios de la economía social y solidaria
Las personas trabajadoras en empleo informal organizadas de todo el mundo se han comprometido a hacer del trabajo digno una realidad para TODAS las personas trabajadoras. Es necesario reconocer modelos alternativos de trabajo y de producción, equitativos y redistributivos, que reconozcan y valoren todas las formas de trabajo, incluido el trabajo informal. La experiencia demuestra que los modelos ascendentes –como las cooperativas, las empresas de estructura mutualista y las asociaciones de la economía social y solidaria– contribuyen a reducir la desigualdad.
La transformación necesaria para lograr un modelo de este tipo aún está pendiente.
Los Gobiernos deben apoyar a las organizaciones de personas trabajadoras adoptando políticas y leyes favorables, colaborando con las organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal para crear programas de apoyo, y proporcionando recursos tales como apoyo financiero, información, asesoramiento, capacitación e investigación. De este modo, los Gobiernos pueden construir una economía que priorice a las personas y a las comunidades y que les provea empleos sostenibles y significativos, así como condiciones de trabajo y de vida decentes.
La discusión general de este año en la 110.ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo, sobre “Trabajo Digno y Economía Social y Solidaria” debería basarse en los principios a favor de una definición inclusiva que reconozca el papel crucial de las personas trabajadoras en empleo informal, con un énfasis en el respaldo a diversos modelos de la economía social y solidaria como motores clave del desarrollo económico y social.
Las organizaciones abajo firmantes pertenecemos al creciente movimiento mundial de personas trabajadoras en empleo informal y, en conjunto, representamos a más de 2,5 millones de personas de todo el mundo.
Federación Internacional de Trabajadores del Hogar (FITH)
Elizabeth Tang, secretaria general
StreetNet Internacional
Oksana Abboud, coordinadora internacional
HomeNet Internacional
Janhavi Dave, coordinadora internacional
Alianza Mundial de Recicladoras y Recicladores
Lucía Fernández, coordinadora internacional
Apoyo técnico
Mujeres en Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO)
Sally Roever, coordinadora internacional