2 de abril de 2020

Durante la pandemia mundial de la COVID-19, WIEGO está enfocando su atención en las consecuencias devastadoras para las personas trabajadoras en empleo informal, quienes no poseen protecciones laborales, sociales ni sanitarias. Esta crisis es al mismo tiempo económica y sanitaria; ambos aspectos están afectando particularmente a dichas personas trabajadoras.

“Las falencias estructurales de la economía global han mantenido a las trabajadoras y trabajadores en empleo informal en la pobreza, sin importar lo mucho que trabajaran. Sus recursos para sobrellevar esta crisis son limitados”, afirma Sally Roever, Coordinadora Internacional de WIEGO. “Ahora, vemos que a quienes trabajan en espacios públicos se les pide que se queden en sus hogares, por lo que se enfrentan a la amenaza concreta de la extrema pobreza y la desnutrición. Pero quienes trabajan en espacios privados se encuentran en la misma situación”.

Roever advierte que WIEGO, gracias al trabajo de sus aliados en los territorios, está al tanto de que las personas trabajadoras en domicilio dejaron de recibir pedidos, dado que las cadenas de suministro dejaron de producir, por lo que no disponen de ingresos en absoluto. Las trabajadoras del hogar también se están viendo afectadas por esta crisis: a algunas se les pide mantener distancia de los hogares de sus empleadoras y empleadores, lo que les genera una pérdida en sus salarios; a otras, se les pide que trabajen los 7 días de la semana sin aumento salarial, para mantener limpios dichos hogares.

WIEGO está trabajando con su red de organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal para abogar junto a ellas por el apoyo que necesitan durante esta crisis.

“Las personas recicladoras, vendedoras ambulantes y trabajadoras del hogar en empleo informal proveen servicios esenciales para las comunidades y la población en general”, afirma Roever. “Si bien corren un alto riesgo de contagiarse en el trabajo, necesitan trabajar para cobrar. Es imperativo proveerlas de equipos de protección individual y de compensaciones económicas en caso de enfermarse”.

Para que las personas recicladoras puedan trabajar más seguras, el equipo de WIEGO, junto a especialistas de la salud, desarrolló guías de recomendaciones para reducir sus riesgos. Pero los gobiernos municipales, al igual que los hogares, deben colaborar en su protección. Esto implica aunar esfuerzos para separar los materiales contaminados de los reciclables.

Roever señala: “En este momento de incertidumbre, tenemos una certeza: la mejor manera de encontrar formas prácticas y apropiadas de proteger a los dos mil millones de trabajadoras y trabajadores en empleo informal del mundo es mediante el trabajo conjunto de quienes toman las decisiones a nivel local y nacional y de las organizaciones, asociaciones y cooperativas de la economía informal. Los grupos que trabajan directamente en los territorios son quienes mejor conocen sus necesidades”.

Desde WIEGO mantenemos una estrecha comunicación con las organizaciones de la economía informal y sus redes para identificar sus necesidades y acompañar su trabajo de incidencia. También estamos haciendo una evaluación rápida de la situación en los territorios para una mejor comprensión sobre el impacto que están teniendo la COVID-19 y las regulaciones en materia de salud pública en la vida y los medios de sustento de las personas trabajadoras en empleo informal. La información detallada sobre este estudio estará disponible en nuestros medios de comunicación durante el mes de abril.

Consulte nuestros recursos en línea sobre la crisis de la COVID-19 para encontrar más información, declaraciones y planes de acción de las organizaciones en todo el mundo.

Entrevistas: Encontrará especialistas de todas las regiones del mundo que pueden dar declaraciones sobre la actual crisis en nuestra sala de prensa.

Contacto media@wiego.org