En el mundo, las personas progenitoras activas, principalmente las mujeres, hacen malabares entre el cuidado infantil y la necesidad de generar ingresos. Las mujeres suelen perder oportunidades de trabajo o lidiar con ingresos reducidos y muchas horas de trabajo, tanto remunerado como no remunerado. Esto afecta a las mujeres que trabajan en economía formal y a las que trabajan en economía informal. Durante la crisis de la COVID-19, situación en que la carga respecto al cuidado aumentó de manera significativa, el estudio mundial de WIEGO reveló que las mujeres con mayores responsabilidades de cuidado vivían una caída de sus ingresos mayor que la contraparte masculina, y les llevaba más tiempo recuperar sus ingresos.
Los servicios de cuidado infantil en espacios informales de trabajo, como los mercados, son particularmente desafiantes por la falta de regulación y lineamientos, las restricciones de espacio y los problemas de asequibilidad. El Programa de Protección Social de WIEGO, junto al equipo de Ciudades Focales en Accra, la organización Asiye eTafuleni y el sindicato SYTRIECI, están trabajando con mucha creatividad para proponer soluciones sostenibles a estos desafíos.
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