El cuidado infantil es vital. Las familias, especialmente aquellas en los hogares más pobres, dependen de los ingresos de mujeres trabajadoras en empleo informal. La falta de un cuidado infantil de calidad abona las desigualdades de género tanto en las tasas de participación como en los ingresos de la fuerza laboral. Exacerba también los elevados niveles de pobreza de las trabajadoras y de la infancia bajo su cuidado.
En respuesta a la demanda de organizaciones de personas trabajadoras en empleo informal, el Programa de Protección Social emprendió una iniciativa sobre cuidado infantil en 2014. Su meta es animar a los gobiernos locales y nacionales a ver el cuidado infantil público como una medida clave de la protección social para reducir la pobreza y la desigualdad.
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