El viernes 20 de diciembre de 2021, lxs recicladorxs del vertedero público de Mbeubeuss establecieron con gran éxito su nueva sociedad cooperativa, “Bokk Diom”, en colaboración con la Oficina Internacional del Trabajo (OIT). La iniciativa refleja un intento por parte de lxs trabajadorxs de integrarse al nuevo modelo de gestión de residuos propuesto por el Estado, que amenaza con excluirlxs cuando aún siguen sufriendo las consecuencias de la pandemia. El gobierno no solo prevé cerrar el vertedero en el que lxs recicladorxs operaban, sino que ya dio a conocer su intención de privatizar la gestión de los residuos, convirtiendo la Unidad de Coordinación para la Gestión de Residuos Sólidos (UCG) –el instrumento técnico del Estado en el ámbito nacional desde 2015– en una sociedad anónima.


Un cambio en la política pública de gestión de residuos

El programa nacional “Cero residuos” [Zéro déchet] incluye, entre otras medidas prioritarias, el cierre del vertedero público de Mbeubeuss. Lo acompaña un proyecto de regeneración urbana administrado por el Proyecto de Promoción de la Gestión de los Residuos y de la Economía de los Residuos Sólidos en Senegal (PROMOGED) que, a pesar de las numerosas y prometedoras declaraciones oficiales, subestima la función fundamental del trabajo de lxs recicladorxs del vertedero de Mbeubeuss en Dakar y pone en peligro su supervivencia.

La propuesta gubernamental de cerrar el vertedero progresivamente se articula en torno a un plan para recuperar los medios de subsistencia de lxs recicladorxs, ofreciendo ya sea la reinserción en el sector, una indemnización o bien una formación y financiación para incorporarse a otra industria. Pero este plan omite tomar en cuenta los conocimientos y la experiencia que lxs trabajadorxs en empleo informal han acumulado con el tiempo.

En Dakar, la urbanización incontrolada acentúa la pobreza y debilita el sistema de recolección y tratamiento de residuos. Debido a la abundante producción diaria de residuos y a las dificultades de acceso a determinadas zonas, el sector formal, encarnado en la UCG, no puede gestionar esta tarea por sí solo.

La investigación exploratoria que se lleva a cabo actualmente en el marco de un proyecto de WIEGO, sobre la gestión de residuos en regiones costeras, revela que dicha gestión requiere una multiplicidad de actores para una mayor eficacia. Lxs recicladorxs desempeñan un papel esencial para el medioambiente y la sociedad gracias a la separación y al reciclaje que realizan y, sin embargo, no han recibido hasta ahora ni el reconocimiento institucional ni el apoyo necesario para ejercer su actividad.


La creación de la cooperativa

La asociación de recicladorxs de Mbeubeuss creó estratégicamente una sociedad cooperativa para valorar su trabajo, hasta ahora invisible, y ser tomadxs en cuenta en el plan nacional. La cooperativa supuso un importante esfuerzo de parte de lxs recicladorxs, ya que se obligaron a transformar sus prácticas tradicionalmente individualistas en una práctica colectiva.

La Sociedad Cooperativa de Recicladorxs de Residuos Sólidos de Mbeubeuss-Bokk Diom, cuyos miembros residen en Senegal, ofrece todos los servicios previos y posteriores a la recuperación de residuos sólidos, desde la transformación hasta la comercialización de los productos recuperados. En el momento de su fundación, la cooperativa contaba con 557 socixs inscritxs y se necesita tener un carné de la asociación para poder unirse a ella.

“La cooperativa nos permite actualizarnos y utilizar todos los conocimientos adquiridos con nuestrxs socixs técnicxs, como WIEGO, y nuestra experiencia en el sector para imponernos en las instancias de decisión que afectan nuestro trabajo”, explica Tabaski Ndiaye, miembro de Bokk Diom.

Mucho antes de que el vertedero de Mbeubeuss estuviera condenado al cierre, lxs recicladorxs que trabajan en él ya enfrentaban dificultades para acceder a materiales de calidad, pues lxs carreterxs, lxs recicladorxs ambulantes y los camiones de recolección de la UCG solían desviar esos materiales, según el reciente estudio de impacto realizado por WIEGO en 2021 con lxs recicladorxs.

La cooperativa nos permite actualizarnos y utilizar todos los conocimientos adquiridos con nuestrxs socixs técnicxs, como WIEGO, y nuestra experiencia en el sector para imponernos en las instancias de decisión que afectan nuestro trabajo

Estas difíciles condiciones se han visto agravadas con la llegada de nuevas personas en busca de empleo, lo que ha reducido considerablemente los ingresos de lxs recicladorxs con más antigüedad. En una muestra indicativa de 76 recicladorxs de Mbeubeuss, el 67 % de lxs encuestadxs afirmó que ahora es más difícil conseguir residuos, en comparación con mediados de 2020, según el estudio antes nombrado.


La vulnerabilidad y la precariedad de las recicladoras

Estxs trabajadorxs están sometidxs a condiciones de trabajo sumamente difíciles, que se hacen más llevaderas gracias a la solidaridad tradicional y colectiva. El trabajo sigue estando individualizado, pero la solidaridad se expresa mediante donaciones realizadas en casos de pobreza extrema, fallecimiento o accidente, o en forma de préstamos o tutorías para ayudar a lxs trabajadorxs más vulnerables a progresar en el oficio. Las mujeres organizan “tontinas” (modalidades informales de ahorro y préstamo) para invertir en otras actividades y aumentar sus ingresos.

“Pude ahorrar dinero para comprar un refrigerador, que me permite vender agua y helados en mi casa. Este nuevo recurso me ayuda mucho a equilibrar los gastos mensuales (alquiler, comida, educación de mis hijxs, electricidad y agua)”, cuenta una recicladora de apellido Ballo, con unos diez años de experiencia, que es miembro también de la cooperativa.

Las mujeres enfrentan dificultades económicas mucho mayores que sus colegas recicladores. Según el estudio publicado por WIEGO en 2020, un tercio de lxs recicladorxs de Mbeubeuss gana, al mes, menos del salario mínimo de base (de 52 500 francos CFA) y más de la mitad son mujeres. Solamente el 20 % de las mujeres tiene ingresos superiores a los 100 mil francos, frente al 25 % de los hombres. Las recicladoras no gozan de jubilación y tienen pocas oportunidades de ascender socialmente debido a que no existe una política de profesionalización en la cadena de recolección y valorización de los residuos.

Las mujeres, en muchos casos viudas, divorciadas o casadas, jubiladas o sin empleo fijo, fueron la punta de lanza para establecer la cooperativa.

Pude ahorrar dinero para comprar un refrigerador, que me permite vender agua y helados en mi casa. Este nuevo recurso me ayuda mucho a equilibrar los gastos mensuales (alquiler, comida, educación de mis hijxs, electricidad y agua)

Estos esfuerzos serán en vano si el PROMOGED, en fase de desarrollo, no lxs incluye activamente facilitando el acceso al mercado de residuos, a las capacitaciones, a la ayuda financiera y al equipamiento. Únicamente bajo dichas condiciones, podrá la cooperativa proteger sus ingresos a largo plazo y apuntalar su poder de negociación de precios con las empresas que compran los residuos.


Pie de foto superior: En la mesa: el Sr. Dieng, coordinador adjunto de Mbeubeuss, la Sra. Diouf, encargada del sector formal en la Confederación nacional de trabajadores de Senegal (CNTS), el Sr. Harouna Niass, presidente de la asociación “Bokk Diom”, el Sr. Gadiaga, alcalde de Malika, el Sr. Dieng, coordinador de la OIT, y el Sr. Bakary, consejero del alcalde de Malika.
Del lado izquierdo: Tabaski Ndiaye, tesorero adjunto de Bokk Diom, y Pape Moda Ndiaye, responsable de la comunicación de Bokk Diom.
En Malika, uno de los 19 municipios de Dakar, el 10 de diciembre de 2021. Foto superior: Maguette Diop